Cada mañana contaba los lunares de tu
espalda,
antes de que despertaras, intentaba encoger
el número de tus zapatos
para que mis huellas, encajaran
perfectamente en tus pisadas.
Hoy lleno mis pulmones de humo, a falta de
tu aliento,
hoy anulo los sentimientos, porque me matan
por dentro.
¿Qué hay otras?, si, pero ninguna podrá
jugar con la marea de mi vida
como tu lo hacías, reías subía, llorabas
bajaba,
que no me hizo falta ir al espacio para ver
el universo,
pues lo veía en tus ojos cada vez que los
miraba.
Puede que ya esté muerto, que no solo
respirar es vivir,
y mi sol no da calor, desde que te perdí.
Paseo solo ante este mundo roto, paseo por
las calles que ya no hablan,
por las farolas que ya no alumbras, y la
luz de luna apunta,
el lugar donde esta cavando mi tumba.
Porque te llevaste los latidos de este
corazón,
pero aun siento tus gemidos, marcando el
ritmo, de mi respiración.
Sergio Lopez Morcillo
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